martes, 24 de agosto de 2010

Mi viaje a Paris

La vida está llena de maravillas, no todas son visibles ni palpables, pero ahí están. A mí se me hace una maravilla pensar en el tiempo y como pasa. Yo escribí mi primer artículo a los doce años y ahora que estoy enfrente a la iglesia de Notre-Dame escribiendo este articulo me da mucha satisfacción poder volver a cambiar el titulo, convirtiéndolo en: “Experiencias a los 14”. Quiero agradecer a todos mis lectores y al periódico El Universal, ya que para mi escribir estos artículos es una maravillosa experiencia.

Yo he visitado varias veces París, pero siempre encuentro otra cosa nueva. Estas vacaciones mi familia y yo decidimos vivir la vida parisiena, ya no somos turistas, si no viajeros. Nos quedamos en un maravilloso apartamento en Saint Germaine des prés que tenía una preciosa vista a la iglesia con el mismo nombre.

Saint Germaine des prés es una zona situada a la izquierda del rio Sena. Esta era la zona donde todos los intelectuales, artistas y escritores se reunían a hablar y escuchar. En París hay tanto que ver, tantas calles que recorrer, tantos lugares que visitar y tanto que gozar. Yo me quede en esta maravillosa ciudad por casi 2 semanas y no alcance a disfrutarlo todo, pero en realidad fue un viaje muy divertido.

Hay muchas cosas que me gustan de París y una de estas es sentarme en un buen restaurante y ver el espectáculo de la gente pasar. París tiene más de 2, 181,371 habitantes, entonces hay mucha gente que ver.

Claro que también es muy importante el restaurante en el que estas, muchos dicen que la mejor comida del mundo se hace en Europa y que la mejor comida de Europa se hace en Francia y que la mejor comida de Francia se hace en París, esto en increíblemente cierto. No hubo un día que no me sorprendió el delicioso sabor de su exquisita comida, además de que la dieta mediterránea es muy sana.

Vivir la vida como parisiena es una aventura memorable, bajar en las mañanas a desayunar un fresco baguette, comer una crepa enfrente a la Torre Eiffel, sentarte en las fuentes del museo Louvre y ver pasar las nubes y hasta simplemente despertar y saber que estas en París es una maravilla.

Paris está lleno de sorpresas, un día andábamos paseando por las callejuelas de Les Marais y nos perdimos. Esto resultó ser algo bueno ya que mientras intentábamos reencontrar nuestro camino nos topamos con la plaza Des Vosges, una plaza repleta de vida, restaurantes y gente. Aquí nos sentamos en un conocido restaurante donde Víctor Hugo se sentó unas cuantas veces.

Saber eso hizo que toda la comida sea más interesante. En esta misma plaza esta se encuentra la casa de Víctor Hugo. La plaza Des Vosges hace despertar muchos sentimientos, y como mi abuelo me conto que él vivía muy cerca de aquí en su infancia, todo fue aun más conmovedor. Paris en si hace despertar sentimientos que no sabíamos que podíamos sentir, por eso París es la ciudad del amor, no hay forma de no enamorarse de su encanto.

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