sábado, 7 de agosto de 2010

Mi experiencia en Las Bahamas


Tengo expectativas muy altas, DEMASIADO altas. Me he hospedado en los hoteles más espectaculares del mundo y he visitado lugares sin igual. Por esto cuando un lugar sobrepasa mis expectativas y me sorprende de varias maneras, no puedo parar de pensar en el. Me dan ganas de regresar y llevar a más gente conmigo para poder compartir esa maravillosa experiencia. Algo que me está sucediendo en este momento. Cinco días en el Hotel Atlantis en la isla de Nassau, Bahamas y me quede enamorada y ansiosa por mas.

Había escuchado mucho del Hotel Atlantis, de su majestuoso acuario, su parque acuático más grande de todo el Caribe, su lujoso casino y sus bellas playas. Pero al llegar ahí no pude creer lo que veía. Por fin entendí el nombre que le dieron a Nassau de “Isla Paraíso”, este lugar es un paraíso encantado.

Se me hace difícil poner en palabras la experiencia que viví, ya que no creo que me alcance esta columna para decir todo lo que tengo en mente. Empezaré explicándoles como es el Hotel. Con once áreas de albercas, un pueblecillo llamado Marina Village, el parque acuático Aquadventure, el casino más grande en todos las Bahamas, el acuario más grande del Caribe con la reserva de mamíferos del mundo, varias bahías privadas, un sinfín de restaurantes exquisitos, mas toboganes como el Mayan Temple Water Slides, un antro para mayores de edad y uno para adolescentes, un club para niños, un spa reconocido mundialmente y millones de actividades tanto acuáticas como terrestres. Su gente no puede ser más amable y el clima es espectacular.

No hay ni una sola cosa que cambiaria, excepto tal vez vivir ahí de hoy en día.

Vivo enamorada y en verdad les recomiendo visitar este lugar que no puede decepcionar. Quiero agradecer a mis mejores amigas por darme la oportunidad de vivir lo que viví con ellas en esa pequeña Isla Paraíso.

Hay cosas en la vida que se quedan pasmadas en nuestra memoria, pero solo si las vivimos al máximo. Solo si gozamos de cada instante y si aprovechamos cada momento. Debemos de aprender a apreciar lo que tenemos y lo que vivimos, ya que cada experiencia es una memoria y ¿de qué está hecha la vida? De memorias. Sonríe cada mañana y, te lo prometo, serás doblemente feliz.

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