viernes, 10 de diciembre de 2010

Casa Velas

Enterrar los pies en la arena mientras uno le dice adiós al sol cuando se esconde en el horizonte es una sensación única. Las olas del mar son la música de fondo y el cálido clima crea un delicioso ambiente, perfeccionando la escena. No preferiría estar en ningún otro lado. Vallarta es un sueño y el Hotel Casa velas vuelve este sueño en una realidad bellísima.

Casa Velas es un tranquilo oasis que se adueña de tus sentidos. Tiene un exclusivo Grand Spa de clase mundial y un lujoso Beach Club a apenas 5 minutos donde puedes disfrutar de una extensa playa con visas maravillosas y servicio de primera. Este hotel es para todos los viajeros que aprecian calidad. Es un hotel sofisticado y personalizado lleno de pequeños detalles que hacen de tu estancia un viaje memorable.

Casa Velas cuenta con 80 habitaciones de lujo que exceden expectativas. La decoración de estas es fina de artesanía mexicana que vuelve el hotel en una reliquia de nuestro bello país.

Además de ser vecino a un magnifico campo de golf de la marina que puede ser disfrutado por los huéspedes, Casa velas se localiza a 5 minutos del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta y a sólo 15 minutos del centro de la ciudad.

La comida de este hotel va de acuerdo con la excelencia de todo lo demás. El restaurante Emiliano, ubicado alado de la gran alberca de aguas cristalinas, ofrece una gran variedad de comida Mexicana e Internacional deliciosa y perfecta para el ambiente creado en este lugar.

Casa Velas es el perfecto lugar para meditar, relajarse, comer y beber excelente y disfrutar de todo lo que ofrece Puerto Vallarta.

Yo logro encontrar la seducción en cada momento de mi vida, en una sonrisa, en una mirada… en un suspiro. Estos pequeños detalles en un espacio como Casa Velas donde todo tiene un toque de exquisitez de una especie de melancolía mezclada con emoción me hacen aligerarme del peso y la tensión diaria que vivimos en nuestra conflictiva ciudad. Gracias a esa comunión efímera de sol, arena y mi piel.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Para viajeros

Hay tantos lugares bellos en este mundo, es imposible verlo todo y menos entenderlo.

Siempre que una persona viaja esta debería de aprender del lugar que va a visitar, si su cultura no le es conocida. Un monumento luce diferente a los ojos de alguien que entiende su propósito o pasado, que a los ojos de alguien que simplemente lo admira.

Claro que es sumamente importante dejar espacio en tu mente para poder crear tu propia versión de los significados de monumentos y lugares nuevos o viejos. Sumar imaginación con hechos es algo que no mucha gente logra, pero si algo que todos deberían intentar.

Nadie sabe con exactitud si lo que imagina sucedió en el pasado de algún lugar o no, así que de alguna manera estamos creando historia.

No se le puede decir a un turista que hacer para convertirse en un viajero o conocedor, ni se le puede decir que pensar o a que darle importancia de los lugres que visita, pero se le puede decir algunas cosas que nunca están de más.

Yo me considero una viajera que aprende de cada lugar que visita, mientras más distinto mejor.

Para mí lo esencial que alguien debe de hacer antes de ver algo nuevo o visitar un lugar desconocido es tener una mente abierta. Nunca se sabe lo que uno puede encontrar o descubrir en dichos lugres y se tiene que entender que todo es único y que no se puede juzgar algo porque es diferente a lo que uno acostumbra. Lo nuevo siempre asombra, y hay poca gente que se da cuenta que esto es algo extremadamente bueno.

Otro aspecto muy importante al viajar es tratar de entender lo que ha sucedido o sucede en el lugar en el que uno se encuentra. El pasado de un sitio o monumento afecta todo su significado. Por ejemplo; el Taj Mahal es algo que no se puede explicar con palabras comunes, su belleza es deslumbrante y simplemente acordarme de él me roba el aliento, pero saber que es en realidad una grandiosa tumba hecha para la amada de un Maharajá que fue encarcelado por su propio hijo y que nunca vio como se acabó la construcción, es algo aun más maravilloso. Le da un segundo significado a lo que uno ve y siente.

La gente con la que se comparten estas experiencias también tiene que ser la correcta. Hay muchas personas que viajan y disfrutan de estas maravillas por si solas y creo que esto, aunque es algo que yo no hago, ha de ser algo verdaderamente sorprendente, porque se puede relajar la mente y dejarla vagabundear entre pensamientos que tal vez no queremos compartir con otros.

Uno viaja a su paso y es cómodo. Yo suelo viajar con mi familia, y me fascina. Viajar con gente que tiene mentes abiertas y dan su opinión es algo maravilloso, porque se aprende no solo del lugar y la gente de ahí, sino de las personas con las cuales uno viaja. Nunca se debe decir que lo que alguien piensa de un lugar está mal, ya que para cada quien todo tiene un diferente significado.

Estos son los tips que yo quiero compartir sobre como uno puede mejorar su forma de viajar, pero hay una infinidad de cosas que uno puede hacer. Para mí, lo más importante y lo más necesario es conocer cosas nuevas y divertirse al hacerlo. Viajar es mágico y se debe de disfrutar cada segundo de esta magia.

martes, 24 de agosto de 2010

Mi viaje a Paris

La vida está llena de maravillas, no todas son visibles ni palpables, pero ahí están. A mí se me hace una maravilla pensar en el tiempo y como pasa. Yo escribí mi primer artículo a los doce años y ahora que estoy enfrente a la iglesia de Notre-Dame escribiendo este articulo me da mucha satisfacción poder volver a cambiar el titulo, convirtiéndolo en: “Experiencias a los 14”. Quiero agradecer a todos mis lectores y al periódico El Universal, ya que para mi escribir estos artículos es una maravillosa experiencia.

Yo he visitado varias veces París, pero siempre encuentro otra cosa nueva. Estas vacaciones mi familia y yo decidimos vivir la vida parisiena, ya no somos turistas, si no viajeros. Nos quedamos en un maravilloso apartamento en Saint Germaine des prés que tenía una preciosa vista a la iglesia con el mismo nombre.

Saint Germaine des prés es una zona situada a la izquierda del rio Sena. Esta era la zona donde todos los intelectuales, artistas y escritores se reunían a hablar y escuchar. En París hay tanto que ver, tantas calles que recorrer, tantos lugares que visitar y tanto que gozar. Yo me quede en esta maravillosa ciudad por casi 2 semanas y no alcance a disfrutarlo todo, pero en realidad fue un viaje muy divertido.

Hay muchas cosas que me gustan de París y una de estas es sentarme en un buen restaurante y ver el espectáculo de la gente pasar. París tiene más de 2, 181,371 habitantes, entonces hay mucha gente que ver.

Claro que también es muy importante el restaurante en el que estas, muchos dicen que la mejor comida del mundo se hace en Europa y que la mejor comida de Europa se hace en Francia y que la mejor comida de Francia se hace en París, esto en increíblemente cierto. No hubo un día que no me sorprendió el delicioso sabor de su exquisita comida, además de que la dieta mediterránea es muy sana.

Vivir la vida como parisiena es una aventura memorable, bajar en las mañanas a desayunar un fresco baguette, comer una crepa enfrente a la Torre Eiffel, sentarte en las fuentes del museo Louvre y ver pasar las nubes y hasta simplemente despertar y saber que estas en París es una maravilla.

Paris está lleno de sorpresas, un día andábamos paseando por las callejuelas de Les Marais y nos perdimos. Esto resultó ser algo bueno ya que mientras intentábamos reencontrar nuestro camino nos topamos con la plaza Des Vosges, una plaza repleta de vida, restaurantes y gente. Aquí nos sentamos en un conocido restaurante donde Víctor Hugo se sentó unas cuantas veces.

Saber eso hizo que toda la comida sea más interesante. En esta misma plaza esta se encuentra la casa de Víctor Hugo. La plaza Des Vosges hace despertar muchos sentimientos, y como mi abuelo me conto que él vivía muy cerca de aquí en su infancia, todo fue aun más conmovedor. Paris en si hace despertar sentimientos que no sabíamos que podíamos sentir, por eso París es la ciudad del amor, no hay forma de no enamorarse de su encanto.

sábado, 7 de agosto de 2010

Mi experiencia en Las Bahamas


Tengo expectativas muy altas, DEMASIADO altas. Me he hospedado en los hoteles más espectaculares del mundo y he visitado lugares sin igual. Por esto cuando un lugar sobrepasa mis expectativas y me sorprende de varias maneras, no puedo parar de pensar en el. Me dan ganas de regresar y llevar a más gente conmigo para poder compartir esa maravillosa experiencia. Algo que me está sucediendo en este momento. Cinco días en el Hotel Atlantis en la isla de Nassau, Bahamas y me quede enamorada y ansiosa por mas.

Había escuchado mucho del Hotel Atlantis, de su majestuoso acuario, su parque acuático más grande de todo el Caribe, su lujoso casino y sus bellas playas. Pero al llegar ahí no pude creer lo que veía. Por fin entendí el nombre que le dieron a Nassau de “Isla Paraíso”, este lugar es un paraíso encantado.

Se me hace difícil poner en palabras la experiencia que viví, ya que no creo que me alcance esta columna para decir todo lo que tengo en mente. Empezaré explicándoles como es el Hotel. Con once áreas de albercas, un pueblecillo llamado Marina Village, el parque acuático Aquadventure, el casino más grande en todos las Bahamas, el acuario más grande del Caribe con la reserva de mamíferos del mundo, varias bahías privadas, un sinfín de restaurantes exquisitos, mas toboganes como el Mayan Temple Water Slides, un antro para mayores de edad y uno para adolescentes, un club para niños, un spa reconocido mundialmente y millones de actividades tanto acuáticas como terrestres. Su gente no puede ser más amable y el clima es espectacular.

No hay ni una sola cosa que cambiaria, excepto tal vez vivir ahí de hoy en día.

Vivo enamorada y en verdad les recomiendo visitar este lugar que no puede decepcionar. Quiero agradecer a mis mejores amigas por darme la oportunidad de vivir lo que viví con ellas en esa pequeña Isla Paraíso.

Hay cosas en la vida que se quedan pasmadas en nuestra memoria, pero solo si las vivimos al máximo. Solo si gozamos de cada instante y si aprovechamos cada momento. Debemos de aprender a apreciar lo que tenemos y lo que vivimos, ya que cada experiencia es una memoria y ¿de qué está hecha la vida? De memorias. Sonríe cada mañana y, te lo prometo, serás doblemente feliz.

miércoles, 28 de julio de 2010

Experiencias a los 15

El arte de cocinar y comer:

El olor del mole al cocinarlo se mezcla con la espesura del aire causada por el fuego ardiente frente de mi. No puedo no sonreír. Cocinar es un arte y ahora soy yo la artista, esta es una idea que me emociona. A un lado de mi se encuentra el Chef y fotografo Roberto de la Parra Swain, quien, junto con su equipo, ha conseguido enamorarme a mi y a muchos otros de la cocina.

En una bella cocina abierta me encontraba yo hace algunos dias. Ahí tuve una experiencia inolvidable y unica. Cocinamos, nos reímos y comimos. Yo aprendí mucho, me divertí y saboreaba platillos esquisitos como rajas con queso, mole dulce y manzanas caramelizadas. Todo fue un trabajo de equipo y la compañía fue maravillosa. En realidad fue un día espectacular y lo tendré que volver a hacer.

Claro que no a todos nos gusta cocinar, pero no existe persona que no disfrute un buen restaurante como el Kyo Grill, un lugar que no es solo un regalo para el paladar, sino también para la vista.

La decoración oriental con un diseño del este lejano va en mano con la comida fusion-oriental que te transporta de regreso a Asia con su delicioso sabor. Se encuentra en el Hotel Camino Real en Santa Fe. Se los recomiendo mucho ya que no hay nada que te deje con mejor sabor en boca que una buena comida.
melmel9595@hotmail.com

miércoles, 30 de junio de 2010

Zihuatanejo


Mientras las olas marcaban el ritmo, la brisa se sumaba creando un suave coro de fondo que formaba la completa sinfonía: el relajamiento total. Mi viaje a Zihuatanejo fue en realidad un CD lleno de sinfonías como la anterior, porque lo tuve todo: la playa, el mar, la arena, la brisa, las risas, y todo en el maravilloso hotel “Tides”.

Este hotel se encuentra en la Playa de la Ropa, en la costa del Pacífico. El clima, el servicio, las habitaciones y la comida fueron estupendos. Mi parte favorita del gourmet fueron las comidas “barefoot”, es decir, con los pies en la arena. Por ejemplo, cuando estás en los camastros, escuchando el romper de las olas, no siempre quieres irte a un restaurante, ni comer completamente recostado. Entonces muy cómodamente te sientas en una mesa que la montan solo para ti y no tienes que interrumpir el estado tan relax en el que te encuentras.

También existe el “Sense of the Night”, que es un lounge que solamente abre los sábados. Tiene una gran fogata y antorchas decorando los alrededores. Tu mesa se encuentra en la arena y puedes acomodarte en unos cómodos cojines enormes con la música suave que fluye en el caluroso aire. Para merendar existe una gran variedad de fondues, incluyendo uno exquisito de chocolate. Después puedes irte a descansar a una cama colgante con vista al mar. El movimiento de la cama y el olor a mar es tan tranquilizante que te puedes quedar dormido y soñar con el amanecer.

En la actualidad Zihuatanejo está creciendo turísticamente a mil por hora, entonces hay muchas actividades; como ir a lujosos restaurantes, deportes acuáticos y terrenales, barcos de pesca y mucho más.

Es más, hace mucho tiempo, antes del crecimiento turístico, Zihuatanejo era un pequeño y energético pueblo de pescadores, muy alegre y vivo. Y ahora es un lugar vacacional para gozar con la familia. Es delicioso experimentar los atardeceres y amaneceres tan especiales y coloridos como los que aquí se encuentran.

viernes, 4 de junio de 2010

Cozumel

Hace unos cuantos días, yo me encontraba en un pequeño avioncito de MayanAir volando de Cancún a Cozumel. Cuando despegamos en este avión dónde vas solo con el piloto, me di cuenta que este iba a ser un viaje maravilloso, pero sobrepaso mis expectativas. Por la ventana del avión pude ver vistas sin comparación. El mar tenía una cantidad de colores que nunca imagine que podían existir. Desde un azul tan obscuro que se convertía en negro, hasta otro azul tan claro que era compreramente transparente. Había colores casi morados y algunos que otros matices de verde.

En Cozumel me quede hospedada en un hotel verdaderamente espectacular: El Hotel Intercontinental. Todo de este hotel me sorprendía; sus pequeñas cabañas a la orilla del mar, su deliciosa comida, su personal eficiente y amable, sus surroundings, algunos animales que por ahí rondaban, las grandes y pequeñas plantas exóticas y más de todo pensar que durante un año entero el hotel estuvo cerrado tratando de recuperarse de los estragos del Huracán Wilma que lo dejo desecho. Y ahora esta renovado, reinventado y bellísimo.

Creo que nunca en mi vida me había quedado viendo y admirando el mar por tanto tiempo. Yo que soy una gran lectora y jamás bajo sin un libro bajo el brazo entre cada capítulo del maravilloso libro “The Host” de la escritora Stephanie Meyer, levantaba yo la vista para deleitarme con la vista del Caribe. Pero este mar parecía otro completamente diferente al que te imaginas, era espacial, profundo, claro y obscuro, brilloso, resplandeciente, fantástico.

Cozumel tiene algo que atrapa. ¿Será su pueblo pescador? ¿Su gente? ¿Le vida que tiene? ¿Su sabor? ¿Sus playas? ¿Su cielo? ¿Su arena? Todo, es todo lo que te enamora y te deja con ese sabor en la boca que tienes después de comer tu platillo favorito, o besar a tu persona amada, o ver una buena película o acabar un buen libro. Es simplemente una sensación de que quieres más y Cozumel siempre te da más.

Mi corta estancia aquí me enamoro de Cozumel y me ha dejado con ganas de ver más, oler más, conocer más y SENTIR más.

martes, 27 de abril de 2010

Viajes que inspiran

El mundo que tomamos por hecho y en el cual vivimos no deja de sorprenderme.

En mi artículo pasado hable de la maravilla que es Banyan Tree Mayakoba, pero me he equivocado al decir solamente “Mayakoba” ya que todos los hoteles Banyan Tree son realmente pequeños (bueno, ni tanto) pedazos de paraíso que los mortales tenemos la suerte de llegar a conocer.

Este fin de semana me he Hospedado en el hotel Banyan Tree Cabo Marqués Acapulco y me he sorprendido, ya que, en este momento, frente de mi computadora con las yemas de los dedos rozando el teclado no he podido parar de pensar en la inolvidable estancia que tuve en este gran hotel oriental.

Sentada en mi villa, escuchando la música del romper constante de las olas del mar Pacífico contra grandes rocas negras hizo mi corazón cantar en tributo al azul intenso del brilloso mar que se extiende frente de mi hacia el horizonte.

Me he quedado hipnotizada por la belleza y he tenido que cerrar mi libro “La Isla Bajo El Mar” de Isabel Allende y contemplar con asombro los pájaros volar por lo alto de los grandes árboles y la vista a las montañas rocosas que parecían flotar en el mar infinito.

Esta parte de Acapulco que yo no conocía me huele a la sal del mar y me sabe a las frutas tropicales que encontre a diario en mi habitación.

Banyan Tree Cabo Marqués tiene Varias hectáreas de área y solo 45 habitaciones, es uno de los únicos hoteles que preserva la naturaleza de esa manera en México. Tiene tres restaurantes, todos con comida deliciosa y servicio de maravilla, más una vista que te roba el aliento: El Saffron (signature restaurant de Banyan Tree), La Nao y Las Rocas.

Mientras escribo esto me percato que describir lo físico a detalle es tanto más fácil que explicar sobre su atención y la amabilidad del personal. Es impresionante el sentimiento como huésped que tuve al viajar por carrito de golf para trasladarme de lugar a lugar. La gente es sonriente y amable, acordándome de la India y de la sonrisa constante de su gente y le elegancia de sus hoteles.

Hablando de, Banyan Tree tiene más de 25 instalaciones en el oriente lejano y México tiene la suerte de ser los primeros en América en tener un hotel que puede cambiar tu forma de ver con tan solo dejarse llevar por un fin de semana inolvidable.

viernes, 19 de marzo de 2010

Banyan Tree, Mayakoba


Para mí hay más de las 7 maravillas conocidas como el Taj Mahal que tanto amo al igual que Machu Pichu y Chichen Iztá, y estas son: ver, sentir, oler, escuchar, disfrutar, aprender y muchas más. ¿Qué mejor lugar para pasar unas vacaciones formadas de una combinación de lujo y naturaleza en que en Banyan Tree Mayakoba, Riviera Maya? Un lugar donde puedo gozar al extremo de mis maravillas personales, donde mi mirada no sabía donde posar, en el sol cuando se pone en el mar, en el mismo mar turquesa que no tiene igual, en los encantados canales en los que puedes pasear, en la maravillosa decoración en mi villa, en la grandeza del árbol Banyan importado desde Singapur y puesto en el corazón del hotel…

Bajo el brillante sol de la Riviera Maya, pedaleo mi bicicleta (prestada por Banyan Tree a todos sus huéspedes) hacia la playa, luego enterando mis pies en su suave arena blanca y viendo el ir y venir de las olas, gozando a más no poder de este hotel que lo ofrece todo.

Banyan Tree tiene su signature restaurante “Saffron” de la comida tailandesa mas deliciosa y exquisita que he tenido suerte de degustar. Me encontraba encantada cenando bajo las estrellas en una plataforma de madera sobre el agua cristalina de los canales que guían tu mirada hacia el lobby del hotel que parece un templo tailandés que en la noche su iluminación lo hace parte de la noche, conviviendo con la luna llena.

Las villas en Banyan Tree son más que espectaculares, la decoración sobresaliente y una vista a los canales que te roban el aliento sin piedad.

En las mañanas, después de hacer un clavado en la alberca privada de la villa, me apuraba al restaurante Orient para aprovechar su exquisito desayuno que era una mezcla de comida oriental con mexicana, llenando mi plato de frutas frescas, spring rolls, quesos de todos los colores, olores y sabores, sushi y tamales. Cada bocadillo llevándome de un extremo del mundo a otro y de regreso, dejándome con los mejores sabores en boca.

Amaneceres y atardeceres devore con la mirada desde la terraza de mi villa, saboreando cada instante, admirando el resplandeciente fuego de las antorchas alineadas en los canales, agradecida por poder estar en un lugar como este, lleno de magia y diversidad, una controversia de colores y aromas en cada rincón.

El aromático Spa de Banyan Tree es conocido por toda Asia, donde la gran mayoría de los Banyan Tree están, México siendo el primer país de América adornado con un hotel como este.
Es realmente una bendición poder vivir una experiencia como la que yo tuve en Banyan Tree Mayakoba, un hotel que para mi siempre será la octava maravilla.

domingo, 21 de febrero de 2010

Mi viaje a Monterrey


Hace un par de semanas tuve la oportunidad de conocer la hermosa ciudad de Monterrey. Me pareció asombrosa, la gente, la gastronomía y, obviamente, el paisaje. Las montañas son tan majestuosas e imponentes que se robaron my aliento. Me he quedado con ganas de ver más, de conocer más, ¡de vivir esta experiencia más!

Me pareció que monterrey es una mezcla de tradición y modernidad.

Me hospedé en el hotel Habita, que hizo que mi visita fuese aun más placentera. Este hotel es tan original como todo lo que realizan los hermanos Micha (ya me había hospedado en el hotel de la purificadora de puebla y en el hotel básico de playa del Carmen). Este Hotel parece imitar las bellezas del país. El lobby se encuentra en una especie de cubo de cristal y en el último piso hay dos albercas alargadas y una terraza desde la cual se puede gozar la vista de la Sierra Madre.

Y claro, ni hablar de la gastronomía de este lugar, con el famosa chef Enrique Olvera. Se come delicioso, si eres una de esas personas a la que le gusta comer bien, te recomiendo mucho ir al Habita.

Yo fui a Monterrey por la inauguración del Hotel Habita. Fue una fiesta súper divertida, ¡desde DJ hasta mariachis! Me la pase muy bien y conocí a mucha gente muy interesante. La arquitectura de este lugar era asombrosa, con muchos detalles.

Para acabar les quiero dar algunas recomendaciones:

El restaurante Bardot, un restaurante que tiene desde fondue hasta callo de hacha y un postre magnífico que nos envió el gran chef Guillermo Gonzales Beristain. (Plaza Calzada 401 L-13, Calzada del Valle #401 Col. del Valle, C.P. 66220 San Pedro Garza García, Nuevo León. Tel. 1366-5919)

Y el restaurante mas famoso de carne: Las 4 Milpas (Francisco I. Madero Pte. 911 Zona Centro, Monterrey –Tel: (81) 8374-5938)

miércoles, 10 de febrero de 2010


A mí me fascina esquiar e intento hacerlo lo más posible. A aspen he ido dos veces y es el mejor lugar para pasar una vacaciones de nieve. Aspen tiene las mejores montañas con la mejor nieve, los mejores restaurantes con las mejores visitas, los mejores hoteles con el mejor personal y Aspen es simplemente acogedor.

Aspen me huele a chocolate caliente y me sabe a nieve. Personalmente, me gusta más el calor que le frio, pero no importa el clima, ¡este lugar es sorprendente!

Aspen, Colorado fue nombrado el lugar para esquiar. Y lo subestimaron. Yo me he siempre quedado en unos apartamentos muy cómodos cerca de la góndola. La góndola es el “lift” más grande de la montaña que te lleva casi siempre al más alto lugar de la montaña (que se pueda esquiar en, claro). Desde aquí puedes ir bajando la montaña y subir otra vez con sus “lifts”.

Aspen está perfectamente equipado para todo tipo de esquí y de esquiador. Hay renta de esquís, renta de botas de esquí, tiendas de ropa de esquí, pases para entrar a la montaña, clases de esquí principiante, medio y avanzado. Claro que si ya sabes cómo esquiar bien no hay porque tomar las clases.

Lo que me gusta de este lugar es que tienes todo lo que necesitas. Vas esquiando y puedes parar en un calienta café a la mitad de la montaña, hay para llamadas de emergencia y siempre hay alguien que te pueda ayudar. Es completamente seguro y es uno de los deportes más divertidos que hay, es uno de mis favoritos.

Aspen no solo tiene sus pequeñas y consentidoras callejuelas, también tiene grandes restaurantes. Lo maravilloso de estos lugares es que siempre tienen buena comida y en algunos tienes la bella vista de la montaña que está cubierta de blanca nieve. La montaña siempre es impactante, al igual que la primera vista de nieve. Sentarte frente a la montaña con tu bebida caliente es una inigualable experiencia. Sientes que tienes una conversación con la montaña, con la nieve, con el viento, con todo. No hay lugar más acogedor que aspen. De todo te acariñas y nunca hay suficiente tiempo.

Amo a aspen y sé que mucha gente piensa lo mismo que yo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Oaxaca



Oaxaca es una mezcla enigmática de aromas, sabores y colores típicos mexicanos. Pasar un maravilloso fin de semana caminando por sus callejuelas y visitando sus bellas catedrales en un verdadero placer.

Estos días me hospedé en Camino Real que solía ser un antiguo monasterio, este hotel es historia palpable en la cual te pierdes al recorrer sus jardines y pasadizos secretos. Además del servicio maravilloso, Camino Real te hace vivir la verdadera experiencia de Oaxaca, estando en el centro del pueblo, de donde se camina hacia el mercado.

El Mercado de Oaxaca es conocido nacionalmente, ya que sigue todas las viejas tradiciones. Aquí yo goce un exquisito mole negro que me ha dejado con hambre de ver más, lo que me condujo hasta la Plaza Central que se encuentra a pocos pasos del mercado. En la plaza puedes verdaderamente entender porque Oaxaca tiene la fama de ser un lugar tradicional, novedoso y pragmático en su esencia.

Oaxaca tiene una numerosa cantidad de catedrales e iglesias, las cuales te roban el aliento, sean simples o mas ostentosas, bañadas de pie a cabeza en oro puro.

Oaxaca también ofrece una gran variedad gastronómica, su gran variedad de condimentación, sazón y lo que se atribuye a cada región, como: Tamales, Pinole, Tejate, Agua de chilacayota, Tasajo, Huarachitos, Totopo, empanadas, Pan de sal, Quesillo Oaxaca, Agua Ardiente, Chorizo, Cecina, Mezcal, pan de muerto Oaxaqueño, Pan de yema, , Chocolate típico de aquí y 7 diferentes tipos de mole. La tradición de comer variedades de insectos fue comenzada aquí y se comen regularmente. Se pueden degustar estas delicias en Casa Oaxaca, completando todo el recorrido de cosas que se deben de hacer.

Mitla y Monte Albán se encuentran en esta zona y son lugares de los que no te puedes perder, ya que son parte de la extensa cultura de esta bella ciudad.

Los invito a que vengan al corazón de México, donde las tradiciones y cultura viven entre nosotros.

miércoles, 20 de enero de 2010

Una noche en St. Regis


Viendo el sol posarse en el horizonte de mi queridísima ciudad, gozo un té negro delicioso. La vista desde mi suite en St. Regis es única. Pocas veces he podido ver a México así. La gente patinando, recorriendo la calle de Reforma, guiándose por los altos arboles, los edificios tan imponentes de cerca, se ven inofensivos desde aquí y a lo lejos puedo ver la silueta de las montañas que son abrazadas por las pocas nubes que cubren el cielo azul.


No sé de dónde surgió la idea de pasar la noche fuera de casa, pero aquí me encuentro, cómoda en el sofá de la sala de mi habitación en el gran hotel St. Regis de Reforma, disfrutando de todos los lujos que ofrece, como el spa y la maravillosa comida que, por caprichosa, ordené por room-service.

La decoración es entre europea y asiática, y aunque esos lugares se encuentran tan lejos de casa, el St. Regis logra hacerte sentir como en tu hogar, ya que no solo el ambiente puede ser homey al mismo tiempo que profesional, pero también su personal hace todo lo posible para asegurar tu comodidad.

Desde la bellísima terraza en el piso 3 pude trazar el recorrido con mis ojos de la calle de Reforma que luego recorrí a patín, sintiendo el viento caliente hacer volar mis cabellos mientras que St. Regis me esperaba justo a la vuelta de la bella Diana Cazadora, la cual se puede admirar desde varios lugares en el hotel.

Aunque México siempre está ahí y no hay forma de no admirar sus altos edificios y grandes construcciones, era un mundo diferente desde la ventana de la St. Regis Suite. Como dijo Donald Trump en su libro The Art of the Deal:“Todo se ve tanto mejor desde aquí arriba”.

Los invito a que vivan esta experiencia tan original de la cual me enamoré, ya que el Hotel St. Regis sí que es un hogar fuera de tu hogar.
Melanie Beard.

jueves, 7 de enero de 2010

Bajo el encanto de Dralion


Cirque du Soleil es conocido mundialmente y al fin lo tenemos aquí en México. El show Dralion es un espectáculo que te absorbe con su imposibilidad. Al ver todo lo que pasa en este gran escenario sientes ver el mundo de otra manera. En una forma en la cual el soplar del viento es una melodía y los cuerpos se encantan como serpientes con su sensual canción.


Dralion es una experiencia de la cual no te debes perder ya que estas grandes carpas están llanas de maravillas que puedes llagar a contemplar con tus propios ojos. La música es un espectáculo por si sola y la magia que logran transmitir los artistas y presentadores de esta circo es milagrosa. Lo imposible se vuelve realidad aquí y cada acto, movimiento, acrobacia y sentimiento es único.

Entre el fuego, las bailarinas, los acróbatas y todos los participantes quedas encantado y completamente absorbido, imaginando en tu mente lo que tú harías en el escenario, queriendo poder volar alto en el aire y caer solo para volver a volar.

El Cirque du Soleil se llama así porque empezó como un pequeño circo en donde no tenían ni techo y presentaban su show al aire libre, bajo el sol. Ahora es el circo más conocido y por el cual más gente viaja a todos los lugares del mundo parta ver. Dralion, el espectáculo ahora en México DF, tiene este nombre por el dragón, representando al Este y por el león, representando el Oeste. El simbolismo del nombre y del show en si es como la naturaleza, los humanos y los cuatro elementos (aire, fuego, agua y tierra) conviven uno con el otro en armonía.

Algunos de los otros Cirque du Soleil en América son: “Alegría”, “Cirque 2010”, “La Nouba”, “Mystere”, “Kooza” y “Ká”.

Cirque du soleil vale la pena ver, ya que cada instante se quedara guardado en tu memoria por una eternidad.